Entradas

Mostrando las entradas de enero, 2011

Y al fin pasó...

Si hago memoria de los comentarios que se hacían con respecto a mí hace tan sólo unos meses, la mayoría seguramente incluía frases como “ya deberías tranquilizarte”, “no vas a salir ni en rifa”, “estoy guardándote unos gatos” o el peor, “¿qué? ¿tú? ¿de verdad te interesa tener novio y esas cosas?” Tenían razón, en ese entonces mis ideas giraban en torno a “el amor apesta”, “nunca volveré a ser feliz”, “¿ dónde está el francés ?” y “jamás me la van a volver a hacer”. Sólo de vez en cuando una frase atacaba a mi mente -“con él si podría intentarlo”-, pero trataba de ahogarla porque según yo era prácticamente imposible. (Sí, ahora este post sí habla sobre él) Pero un día, sigo sin entender bien qué pasó, lo "imposible" se volvió realidad y creo que ni yo, ni las personas que cité en el primer párrafo lo creen. Para que entiendan por qué no lo creo quisiera explicar que habemos en el mundo dos tipos de personas (bueno, dos personalidades) Por un lado, están