Cuando el pasado nos alcanza…y siempre lo hace
Pasa el tiempo, crees que lo tienes superado, que por fin puedes continuar con tu vida y… salta esa ventanita en Messenger, llega ese mail, esa llamada telefónica o simplemente te encuentra de frente en algún lugar.
Un, - hola cómo estás? - , deriva en un –hace mucho no nos vemos – y pasa a – hay que ir por un café no?- y ahí empiezas a perder.
Quien diga que está en control de su pasado, miente. Por más tiempo que pase, si la memoria es lo suficientemente nítida puede generar una verdadera maraña mental en la cabeza, puede hacer que veas cosas que no están ahí, que experimentes sentimientos que no existen, y que al final… cuando reflexiones, solamente puedas decir ¡que pendeja soy!
El hombre (entendido como humanidad) ama los ciclos, tiene problemas con concluir cosas y le encanta dejar asuntos pendientes, listas para tachar, posibilidades y quizás. Pero cuando el pasado te alcanza (y es posible que lo hará), lo mejor que puedes hacer es dar la vuelta y correr al otro lado.
Comentarios
Desde hoy voy a empezar a correr...
va a ser casi como la carrera Nike, no, mejor como Forrest Gump´, pero hasta el día en que me muera.