Así era Monterrey hace 10 años...
Son pocas las veces que hablo de temas “importantes” en mi blog. Pero después de lo que pasó ayer en Monterrey me dieron ganas de contarles lo que yo viví en esa ciudad hace ya más de 10 años.
Hace una década Monterrey, y en general todo el estado de Nuevo León, claramente vivía en un momento de bonanza económica al ser sede y estandarte de muchos de los grandes empresarios y empresas de este país. Tan sólo uno de sus municipios, San Pedro Garza García –del cual yo sólo sabía que ahí vivían los galanes de Valle- es (o era) el más rico de todo el país.
La vida allá era más cara que en la Gran Capital, y sí, claro que me sentía segura caminando en la madrugada por las calles de Monterrey.
Pero qué irónico que no me sintiera segura cuando estaba alrededor de mis amigos o iba a alguna fiesta con ellos.
Creo, y pueden mentarme la madre después de esto, que lo que está pasando ahora es sólo una consecuencia de haber minimizado las señales que se daban hace 10 años.
Hace 10 años yo iba a fiestas en donde la violencia estaba presente, si quieren en forma de pseudopandillas de niños fresas, pero de todas formas habían golpes, pedradas, balazos e incluso atropellamientos.
Estos “fresas malitos” iban a cobrarse estupideces como el que les hayan bajado a la vieja. Y son los mismos que desde los 13, 15 e incluso 10 años ya consumían drogas legales e ilegales.
Tiempo después de que me fui me enteré que algunos de ellos ya se dedicaban al narcomenudeo e incluso al hermano de un amigo lo metieron a la cárcel, si bien recuerdo, por traer el mayor cargamento de éxtasis a América Latina.
Y entonces aquí es cuando digo que no me sorprende lo que está pasando en este momento. El “narco” estaba presente desde hace 10 años, de manera menor si así lo quieren ver, pero ya estaba metido en la clase media de Monterrey.
Y si a eso le agregas que alguien “pateó el panal y ya no sabe controlar a las abejas”, pues estamos jodidos.
Seguro historias así deben existir en varias partes de México, de personas que comenzaron a ver señales de que algo no estaba bien desde hace años y hoy se indignan pero no se sorprenden por lo que está pasando.
La pregunta es, ¿qué podemos hacer nosotros al respecto?
Hace una década Monterrey, y en general todo el estado de Nuevo León, claramente vivía en un momento de bonanza económica al ser sede y estandarte de muchos de los grandes empresarios y empresas de este país. Tan sólo uno de sus municipios, San Pedro Garza García –del cual yo sólo sabía que ahí vivían los galanes de Valle- es (o era) el más rico de todo el país.
La vida allá era más cara que en la Gran Capital, y sí, claro que me sentía segura caminando en la madrugada por las calles de Monterrey.
Pero qué irónico que no me sintiera segura cuando estaba alrededor de mis amigos o iba a alguna fiesta con ellos.
Creo, y pueden mentarme la madre después de esto, que lo que está pasando ahora es sólo una consecuencia de haber minimizado las señales que se daban hace 10 años.
Hace 10 años yo iba a fiestas en donde la violencia estaba presente, si quieren en forma de pseudopandillas de niños fresas, pero de todas formas habían golpes, pedradas, balazos e incluso atropellamientos.
Estos “fresas malitos” iban a cobrarse estupideces como el que les hayan bajado a la vieja. Y son los mismos que desde los 13, 15 e incluso 10 años ya consumían drogas legales e ilegales.
Tiempo después de que me fui me enteré que algunos de ellos ya se dedicaban al narcomenudeo e incluso al hermano de un amigo lo metieron a la cárcel, si bien recuerdo, por traer el mayor cargamento de éxtasis a América Latina.
Y entonces aquí es cuando digo que no me sorprende lo que está pasando en este momento. El “narco” estaba presente desde hace 10 años, de manera menor si así lo quieren ver, pero ya estaba metido en la clase media de Monterrey.
Y si a eso le agregas que alguien “pateó el panal y ya no sabe controlar a las abejas”, pues estamos jodidos.
Seguro historias así deben existir en varias partes de México, de personas que comenzaron a ver señales de que algo no estaba bien desde hace años y hoy se indignan pero no se sorprenden por lo que está pasando.
La pregunta es, ¿qué podemos hacer nosotros al respecto?
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