Reparo corazones

No sé si tengo un imán para los hombres lastimados, porque pareciera que son los únicos que se me acercan, y sí, con mucho gusto les ayudo a mejorar su estado de ánimo, su autoestima, les subo el ego, les hago creer que son lo mejor que me ha pasado, en fin, hago un servicio de "taller mecánico" dejando a la máquina -en este caso al frágil y destrozado hombre y a su corazón- en perfecto estado, como si nada hubiera pasado y no puedo negar que me hace sentir bien -ya que creo que tengo un alma caritativa y siempre me gusta ver que los demás están bien aunque yo no lo esté-, me emociona por un momento y no puedo negar que hasta me enamoro -no sé si del hombre o de mi obra maestra-, hasta que gracias a mi asombrosa reparación se dan cuenta que necesitan seguir con su vida, conocer a más gente, probar otros labios, darme las gracias y dejarme atrás.

Y aquí es cuando me pregunto, ¿a mí quién me repara el corazón?

Comentarios

Anónimo dijo…
Si haces lo que haces como dices que lo haces, si te enamoras de tu obra maestra y no del hombre y, si finges que son lo mejor que te ha pasado, seguramente se van a ir porque huelen tu mentira.
Si fueras con ellos igual de sincera, seguramente te podrían reparar el corazón.
Anónimo dijo…
Muy fácil! Por qué no buscas al "reparador" de corazones y acudes a él? Los médicos no se atienden solos, acuden con otros colegas. Piénsalo puede que funcione...

Entradas más populares de este blog

¿Cómo perder a un hombre en 10 pasos?

Así era Monterrey hace 10 años...

Diarios de una “bridezilla”: La lista de invitados