Mi nombre es Isabel y soy adicta al auto-boicot.

¿Cuántas veces hemos tenido una sensación repentina de descubrimiento? Sí, ese momento en que las nubes parecen disiparse y todo se ve tan claro, en donde el futuro es más cierto que incierto, los planes están revoloteando en la cabeza y lo único que hace falta es ocuparse, no preocuparse.

En los últimos meses he sido atacada más de una decena de ocasiones por esas famosas revelaciones, por momentos he sabido en qué quiero trabajar, cómo conseguir más dinero, cómo “enamorar” a aquel hombre, dónde quiero vivir y en general, hacia dónde va mi vida.

Ahora, pregúntenme qué he hecho al respecto...NADA...soy víctima del “todo lo que empiezo nunca lo termino”, y como prueba contundente este blog. ¿Cuántos días han pasado desde que comenzó el año? ¿62? ¿Cuántas entradas nuevas tengo? ¿5? Ah, entonces estoy siguiendo muy bien mi propósito de escribir por lo menos cada 2 días. ¡No! Y así es como me preparo para poder escribir y ser una gran periodista...

En 62 días también me he dicho 62 veces, “mañana empiezo la dieta, ahora si, nada más me despido de este platillo, me como este chocolate, me tomo este vodkita y mañana juro que la empiezo”. Ayer me volví a repetir esto y hoy ya empecé con un desayuno de panqué con leche. Lo peor es que ahora hay una batalla interna en mí, entre mi cabeza que empieza a gritar: “Ya ves, por eso sigues gorda, estás cañona, a dos de rodar en lugar de caminar” y mi estómago que le contesta: “Ay pero si sólo se vive una vez, además el que la quiera, la va a querer como sea”; y mis demás órganos se dedican a ver este debate mientras piensan: “Sí ok, sólo se vive una vez y siempre hay un roto para un descocido, pero yo no sé cuanto aguante sin ejercicio y comiendo tanta porquería”.

Hasta ahora van dos boicots. El tercer “compromiso” que hice conmigo misma al empezar este año era dejar de tomar, no sólo por salud física, sino también para evitar hacer ridiculeces y, aunque no hice nada de lo que pudiera avergonzarme, me di cuenta que es más fácil para mí tomarme 10 copas al hilo que 2 litros de agua.

El último, y el único que aún mantengo, es no caer en el mismo ciclo de siempre de amor-desamor. Para mí es muy fácil conocer a alguien, creer que lo amo y a las dos semanas sentir que me han roto el corazón. El año pasado tan sólo me ocurrió, al menos, unas 6 veces. Por eso ahora estoy en retiro espiritual, donde ya no busco el amor, sino dejo que éste me busque a mí.

En cuanto estoy terminando de escribir esto, siento que debo borrar las primeras líneas y me digo, una vez más, voy a escribir por lo menos cada 2 días, voy a empezar la dieta mañana y no voy a tomar, aún sabiendo que mi nombre es Isabel y soy adicta al auto-boicot.

Comentarios

Anónimo dijo…
el primer paso es la aceptación... casi siempre, para lo que sigue, necesitas un padrino que haya pasado por todos los demás pasos y te pueda orientar. hay pocos. lo sigo buscando.

Entradas más populares de este blog

¿Cómo perder a un hombre en 10 pasos?

Así era Monterrey hace 10 años...

Diarios de una “bridezilla”: La lista de invitados