Cuando algo se rompe...

Cuántas veces nos pasa que cuidamos con recelo algo, un objeto favorito (sea cual fuere) y sin importar eso termina rompiéndose frente a nuestros ojos.

Aunque tratemos de repararlo ya nunca será igual. Es más, aunque parezca "que no le pasó nada" su esencia ya jamás será la misma y siempre tendremos presente que alguna vez se rompió.

Lo mismo pasa con cualquier tipo de relación -amistosa, amorosa e incluso laboral, pero hueva hablar de esta última-.

Una vez que una palabra, una actitud o un hecho "quiebran" la relación, es difícil volver atrás. Se podrá decir que se está bien, fingir que no pasa nada, pero para quien sufrió "la ruptura" (la amiga, la stalker, la novia), las cosas no volverán a ser iguales.

La imagen de la contraparte siempre estará rota y aunque no lo queramos, el resentimiento estará presente con cada actitud que nos recuerde el momento en que todo se derrumbó.

Y entonces es cuando me digo, ¿qué caso tiene guardar algo que ya está roto? Mejor a la basura a buscar nuevos objetos favoritos.

* Anexo A: Situaciones que rompen las cosas (o mejor dicho, las pelotas)

- Una burla a los logros o creencias de la otra persona
- Ser un amigo egocéntrico y carente de reciprocidad
- Una amistad que envuelve un amor no correspondido pero sí declarado
- Un acto de violencia de cualquier tipo
- Un engaño o traición
- Un "one night-stand"
- Una situación de abuso de confianza
- Cortar
- Dejar olvidada a la otra persona
- Cuando el "timing" ya pasó

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