Andando y por la vida mirando...

Hoy he decidido escribir algo más esperanzador y menos fatalista, como algunas personas se han referido a mis antiguos posts -y ahora que los leo me parece que tienen toda la razón-.


En las últimas semanas –tal vez 8, no llevo la cuenta- he sido capaz de pensar más sobre mi vida que en los 24 años que llevo de ella y tuve que cruzar todo un océano para poder hacerlo.

La verdadera razón por la que me encuentro hoy aquí, en una ciudad inglesa, es para cerrar un ciclo –éste fue el final de la última etapa de mi vida- y sin querer ese mismo ciclo se quiere reabrir –cosa que no va a pasar porque he puesto mucho esfuerzo físico, económico y mental para cerrar esa caja y no abrirla más-. La buena noticia: por fin soy libre.

Estar aquí me ha hecho recapacitar en lo que quiero de mi vida y hablando con un buen amigo llegué a la conclusión de que mi pasión es viajar, -no ser un alma caritativa- y por lo tanto, el trabajo de mis sueños es aquel que me permita conocer el mundo y poder escribir sobre ello –puedo borrar eso de mi lista, sólo me falta conseguir el trabajo-.

También he aprendido que “mejor sola que mal acompañada” y sin ofender a nadie, ya que más bien soy yo la culpable, ahora sé que mi posibilidad de ser
roomie es limitada y prefiero la soledad...hacer las cosas a mi modo, a mi ritmo, sin testigos y supongo que si quiero una vida de “errante” es mejor hacerlo así, a solas.

Además, he aprendido a tomar la vida con más calma, a dejar de pensar que las cosas tienen que ser de una sola manera, que todos tenemos que seguir con lo establecido, que si no consigo mi sueño ahora, nunca lo voy a conseguir. Aprendí que hay que tomar lo bueno de cada situación y dejar lo malo sólo como aprendizaje, y sobre todo, que la vida puede cambiar en 1 segundo.

Una última reflexión, pero quizá la más importante, es que mi familia lo es todo para mi –y en ella incluyo también a mis verdaderos amigos- y creo que estando cerca de ellos es más fácil hacerle frente al mundo y a mis fantasmas que a miles de kilómetros, llena de nostalgia. El tiempo es corto y creo que quiero aprovechar lo más que se pueda de mi tiempo con ellos.

Así que seguiré andando y por la vida mirando, pero acompañada de los que más me importan.

Ahora puedo decir que de verdad cerré un ciclo y puedo agregar una nueva estrella a mi pie.

Comentarios

Anónimo dijo…
Qué bien champi!! me da mucho gusto que el viaje te haya dejado todo esto. La clave está en pasar la hoja y dejar ir lo que ya no nos es útil porque sólo así podemos avanzar.

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