El poder de la mente

Mi mente gritaba por ese trabajo, por ese departamento, por ese hombre y por esa vida y en cuestión de segundos parece que mis deseos fueron traicionados –según los que creen en la mente- por mí misma, pero no puedo creer que yo fui la que destruyó todo.

Y ahora me quedo viendo ante una pantalla blanca tratando de pensar qué hacer, porque –como dirían comúnmente- me quedé como el perro de las dos tortas, sin futuro aquí ni allá, ningún futuro en absoluto, ahora no tengo nada en la cabeza, así que nadie me puede echar la culpa de que las cosas no salgan como deben salir porque simplemente no estoy pensando.

Al final el destino no se acomodó, yo sigo siendo yo y sigo sin saber qué hacer.
Dedicado a aquellos que aprecian mi parte fatalista...

Comentarios

Anónimo dijo…
Bienvenida al clan más antiguo de la tierra, los que nos autoboicoteamos, pero tarde o temprano, aprendemos a sólo boicotear
Anónimo dijo…
Hay cosas que por más que hagamos no dependen de nosotros... lo sabemos y aún así, nos empeñamos en culparnos y martirizarnos cuando no salen como estaban planeadas, pero en fin una pantalla blanca puede que no sea un futuro muy claro pero creo que siempre será una oportunidad para empezar de nuevo y eso es lo importante.
julieTita dijo…
el futuro siempre existe doña, no diga que no lo tiene porque ahora mismo lo está saboreando... las cosas nunca salen como queremos pero creo que ahí enra la creatividad, hacer que lo que tenemos sea lo que queremos en realidad...

tiene un futuro envidiable, lo sé y usted lo sabe, sólo créasela!! aparte me tiene a mí ¿no es envidiable? jaja

le amo!

Entradas más populares de este blog

¿Cómo perder a un hombre en 10 pasos?

Así era Monterrey hace 10 años...

Diarios de una “bridezilla”: La lista de invitados